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viernes, abril 19, 2024

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Mini Donald Trump: la figura de Javier Milei genera un fuerte debate en Estados Unidos

Provocadores, autócratas, populistas y detractores de la cultura progresista. Amantes de la TV y de las redes y una declarada misión de hacer a su país grande otra vez. ¿Javier Milei es un “mini-Donald Trump”, como muchos lo definen en Estados Unidos? Sí, pero no tanto: hay muchas diferencias entre ambos, algunas importantes, según consignan expertos consultados por Clarín.

Milei es un gran admirador de Trump y no ahorra elogios para el magnate. “Es uno de los pocos que entendió cabalmente que la pelea es contra el socialismo, contra los estatistas”, ha dicho.

Pero el ex jefe de la Casa Blanca le ha dedicado también tuits de admiración al argentino. Fue de los primeros en saludarlo cuando ganó la presidencia y días atrás publicó otro mensaje: “Milei está ¡HACIENDO A ARGENTINA GRANDE OTRA VEZ!)” (un juego de palabras con su slogan de campaña Make America Great Again. “¡Espero poder ayudarlo en el futuro!», dijo el multimillonario que hoy se encamina a la nominación republicana y competirá en las presidenciales de noviembre contra Joe Biden.

Jaime Florez, portavoz del Partido Republicano para medios hispanos, señala a esta corresponsal que “Trump encuentra muchas cosas en común con Milei”. Explica que “ambos llaman a las cosas por su nombre sin preocuparse por la corrección política ni los adversarios, enfrentan los problemas y son conscientes de que no va a ser fácil. Saben que les va a caer el mundo encima, pero entienden que alguien tiene que hacerlo y que a ellos los eligen con ese propósito”. Ambos, además, “quieren que sus países vuelvan a ser lo que fueron alguna vez” o sea el movimiento MAGA.

Florez apunta algunas diferencias. “Milei es mucho más académico que Trump, que es un hombre de negocios, de acción. Milei es más estructurado desde el punto de vista intelectual”, dice. Y agrega otro matiz: “Trump tiene más relación directa con su partido y cree en las mismas bases estructurales del partido republicano que son un gobierno más pequeño, poca intervención en la vida de la personas y responsabilidad fiscal”.

El funcionario señala otra diferencia importante. Resalta que el lema de Trump es “America First” (Estados Unidos primero) y que no ha dudado en tomar decisiones que se contradicen con el principio del libre comercio y no intervención del Estado que pregona Milei.

“Trump cree que debemos proteger a nuestros industriales y productores y cerrar el camino a que intereses foráneos se aprovechen de nuestros mercados con casos desleales como los productos chinos producidos con mano de obra barata que afectan nuestros mercados”, señala.

Más proteccionista que libertario

Entre las medidas proteccionistas que tomó, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico, que liberaba el comercio con países asiáticos, porque dijo que era dañino para los trabajadores y la industria estadounidense, y renegoció el TLC con México y Canadá por el mismo motivo.

Tampoco dudó en elevar hasta un 25% los aranceles de importación de acero y aluminio provenientes de China. Y el Estado de Trump tuvo una intervención fundamental durante la pandemia: promovió un paquete histórico de estímulo de US$ 2 billones, que incluyó cheques de US$ 1.200 para los adultos y ayudas a pequeñas y grandes empresas, y luego otro de 900.000 millones, mientras que subsidió por US$ 10.000 millones a laboratorios que desarrollaban la vacuna. Si bien quitó regulaciones, la idea del Estado de Trump no coincide plenamente con de las del libertario.

Agustina Giraudy, investigadora y profesora de Ciencia Política en American University, señala que el idilio del estadounidense con Milei tiene que ver con la tendencia “megalómana de tener una especie de coalición internacional de políticos similares a él, eso le interesa a Trump. También porque Milei es el único de derecha en un país importante de América del Sur, no hay otro referente”.

Entre ambos “hay ideologías comunes en términos de antifeminismo, oposición al aborto, su discurso radical y reaccionario contra las minorías, contra el movimiento woke. Se ven similitudes en el estilo de gobierno bastante más antidemocrático de lo que estamos acostumbrados acá en Estados Unidos y en Argentina. Trump llegó al extremo de querer anular los resultados electorales y promover el asalto al Capitolio y Milei con su estilo autocrático. Ambos son sin filtros, políticamente incorrectos. Hasta el pelo tienen parecido”, señala Giraudy.

La experta plantea algunas diferencias y coincide con Florez: “En el estilo y en puntos ideológicos que tienen que ver con la batalla cultural se parecen, después no tanto. Ideológicamente son similares en su conservadurismo, pero son distintos en el rol que para ellos juega el Estado”, una de las premisas más importantes del libertario. “Milei es cero Estado, anarquismo total, y Trump no es así, sino que usó al Estado para influir en la economía, en el comercio con China, en subsidios e inversiones en las vacunas”.

Sin embargo, para Giraudy la gran diferencia entre ambos es que “Milei llega casi sin partido, haciendo alianza con el macrismo, el bullrichismo, pero nada que ver con el Partido republicano de EE.UU, que se encolumnó detrás de él y avaló enseguida sus propuestas en el Congreso”. Además, señala, Trump tejió coaliciones muy fuertes con gobernadores importantes, muchos de su propio partido. Esa alianza “fue una fuente muy importante para la gobernabilidad de Trump. Milei no tiene ese beneficio, su presencia territorial es nula”.

«Milei es un Mini Trump»

Para Federico Finchelstein, profesor y director del departamento de Historia de la New School, experto en populismo y fascismo, “Milei es un mini-Trump”. Explica que “ambos pertenecen a una nueva camada de políticos populistas que se identifican y se elevan entre ellos, se autoelogian y tienen una nueva mirada de un sistema político que tiende a disminuir, bastardear la democracia”.

Milei “se copia de todas las estrategias del trumpismo, miente de la misma forma. Estos personajes están muy obsesionados con su sexualidad”. Como ejemplo, dice que Fátima mostró una foto del pie del presidente y Trump se ufanó del tamaño de sus manos, que implicaría una alusión a sus genitales.

El experto también menciona el nombramiento de familiares en puestos clave (Trump designó a su yerno y Milei a su hermana) y también que hayan salido a denunciar “fraude sin pruebas” (en el caso argentino antes de las de las elecciones).

Sin embargo, Finchelstein marca diferencias. “A nivel económico Milei se muestra como un fanático de la austeridad y del shock mucho más que Trump. El culto a la personalidad e ideas propias van más allá de toda lógica. Milei busca hacer de lo que cree una verdad absoluta y es un populista autoritario que se la juega de tecnócrata”. Por su lado, Trump “se construyó más bien como un millonario, que sabe cómo ganar plata, un winner. Tiene que ver con algo muy estadounidense”.

¿Y qué gana Trump elogiando a Milei? “Ganó, genera interés y está haciendo lo mismo que él. En un marco periférico, intenta llevar a cabo la política de Trump, aunque con matices”.

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