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viernes, marzo 24, 2023

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Los expertos ven signos alentadores, pero miran inquietos al dólar y la inflación


Creen que el fin de la estabilidad cambiaria y la suba de las tasas podrían retrasar la recuperación Fuente: Archivo – Crédito: LUIS ACOSTA

El
optimismo que tienen en el Ministerio de Hacienda sobre que la economía se encontraría en etapa de recuperación es tomado con mayor cautela entre los analistas privados, que señalan con preocupación

los altos niveles de inflación

y los últimos acontecimientos financieros de la semana pasada, cuando el tipo de cambio volvió a mostrarse volátil y la tasa de las Leliq aumentó casi 10 puntos y subió otra vez a los niveles de la primera quincena de diciembre.

Estos eventos son importantes porque rompieron con la estabilidad cambiaria que la política monetaria venía exhibiendo desde fines del año pasado, y que coincide además con los buenos números de enero y febrero que el ministro

Nicolás Dujovne

le mostró al Presidente. En concreto, en la cartera económica proyectan que la actividad económica caerá 6,3% interanual en el primer trimestre, pero crecerá 0,5% el segundo, 0,8% en el tercero y 4% en el último. De esta forma, para el Gobierno el PBI caería este año 0,3%.

En la consultora LCG, si bien las proyecciones son aún mejores, ya que esperan que el producto tenga una contracción de 0,1%, advierten que la recaudación no está siendo buena y que si la inflación continúa en alza, la recuperación del salario se retrasará. “Nuestras estimaciones son mejores que las del Gobierno, pero vemos un riesgo de corregir a la baja. Entre lo bueno, vemos que algunos sectores pueden empujar como el agro, las exportaciones, la energía y la construcción, que creemos que será mejor a lo esperado. También somos optimistas en que puede haber sustitución de importaciones si el tipo de cambio no se atrasa mucho”, dice Guido Lorenzo.

“Todo esto si el escenario se mantiene estable. Si en cambio la inflación se empieza a acelerar, la recuperación del salario real, que podría darse recién en junio, se trasladaría a fin de año. La recaudación, por otro lado, lleva siete meses seguidos de caída real. Los ingresos por seguridad social y por el impuesto al cheque no fueron buenos, ya que la creación de empleo no acompaña”, agregó el economista.

Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, coincide en que el ajuste estacional de la estimación de la actividad de diciembre permite mostrar un indicio de que el último trimestre del año fue el piso, pero para sostenerlo “hay que mantener la frágil estabilidad macro que tuvimos en los últimos dos meses”.

“Hay cierta hipótesis de que si se estabilizaba la economía se podía encontrar un piso, que es más o menos lo que se está confirmando, aunque el piso es muy bajo. Esto es positivo, pero no resuelve el problema, porque se necesita que se sostenga el piso, ya que la caída de 2018 fue muy pronunciada”, dice Caamaño, que proyecta una caída de 1% del PBI este año.

“Ahora la tasa de Leliq volvió a los niveles de diciembre. La expectativa de lo que ocurra con la tasa tendrá un impacto en las inversiones: si piensan que bajará es una cosa, pero si creen que llegó para quedarse tiene otro efecto. En este caso, repercutiría negativamente sobre la recuperación de enero y febrero”, indicó.

Para Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Ecolatina, el dato de que la producción de autos aumentó 6,4% en febrero se contradice con los anuncios de las automotrices de suspender personal, lo que podría anticipar “una magra actividad del sector este mes”.

“Los datos de enero fueron un poco mejor, pero no alcanza para decir que hay una tendencia. Hay alertas, como el aumento de casi diez puntos de la tasa de interés para frenar la suba del tipo de cambio. Este vez se logró, pero la próxima será más difícil usar este mecanismo para bajar la presión cambiaria. Además, el dato de inflación de febrero va a ser muy duro. Nosotros proyectamos 3,7%. De esta forma, será difícil que los salarios, que se supone le van a poner un piso a la recesión, le ganen a la inflación”, comentó el economista.

Finalmente, un informe del JP Morgan sobre la Argentina, titulado “Veo árboles de color verde … pero todavía no hay rosas rojas”, coincide con el Gobierno en que “2019 comenzó un poco mejor de lo que esperábamos en lo que respecta al crecimiento de la actividad”. Sin embargo, el banco de inversión agrega que si bien “el desempeño de la actividad fue mejor en los primeros dos meses del año, las revisiones de las previsiones de inflación al alza nos obligan a revisar el PBI para el segundo trimestre; por lo tanto, nuestro pronóstico de crecimiento anual se mantiene en una caída de 1,2%”.

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