La delantera de River Lucía Martelli conmovió este sábado con un doloroso posteo en su cuenta de Instagram, en el que después de tres semanas de broncas acumuladas decidió hablar sobre la dura derrota por 7-0 que sufrió su equipo ante Boca en la final del Torneo de Transición del fútbol femenino que se jugó en la cancha de Vélez.
“Nunca sentí una humillación tan grande, nunca me sentí tan chiquita y miserable como aquel día. Creo que todos los que formamos parte del equipo sentimos algo parecido ese momento e incluso durante varios días después”, sostuvo Martelli, de 31 años, en un largo mensaje en el que explicó que necesitaba “cerrar el proceso para poder continuar”.
Aseguró la futbolista que durante varios días no supo explicar lo que había pasado en aquella final.”Sentirme en falta con el club, en falta con los hinchas, sentir esa vergüenza y esa culpa es algo que no se lo deseo a ningún deportista”, describió.
Sin embargo, advirtió que pudo cerrar esta herida, ya que logró entender que ella y sus compañeras habían dejado todo en la cancha a lo largo de la competencia.
“Si hay algo de lo que estoy segura es que este equipo lo dio todo y lo intentó hasta el final. Yo creí y confié en este equipo incondicionalmente, dando siempre el 100% en cada partido y en cada entrenamiento”, señaló.
Y completó: “Yo me entrego al fútbol cada uno de mis días, hice del fútbol mi profesión y juego por amor a este deporte. Esa es mi verdad, la fidelidad conmigo misma y con mi fútbol, y nadie ni ningún resultado me la va a poder quitar jamás.
El posteo completo
Que difícil postear algo relacionado al fútbol nuevamente. No soy de usar IG como diario íntimo, pero sí siento la necesidad de hacer un descargo, tal vez para cerrar este proceso y poder continuar.
Hay hitos puntuales que determinan nuestras vidas y la final perdida con Boca sin dudas marcó un antes y un después en mi corta carrera como futbolista profesional. Nunca sentí una humillación tan grande, nunca me sentí tan chiquita y miserable como aquel día. Creo que todos los que formamos parte del equipo sentimos algo parecido ese momento e incluso durante varios días después.
Perdí la confianza en el juego que tanto tiempo me llevó construir, perdí esa motivación por jugar al fútbol que supimos encontrar como equipo. Sentirme en falta con el club, en falta con los hinchas, sentir esa vergüenza y esa culpa es algo que no se lo deseo a ningún deportista.
Hay muchas frases armadas para este momento… Que el fútbol siempre da revancha, que se aprende más de las derrotas que de las victorias, que hay que enfocarse en el proceso y no en los resultados, que la meta es el camino y no la llegada, que perder te fortalece como grupo… Y muchas frases más que, aunque ciertas, ya me cansé de escuchar.
La capacidad de resiliencia y de sobreponerse lo más rápido posible a las derrotas es una característica muy ponderada en el deporte de alto rendimiento. Hablo de derrota y no de fracaso porque entiendo que fracasar implica no intentarlo, quedarse con la idea a medio camino, quedarse con la ganas de… Y si hay algo de lo que estoy segura es que este equipo lo dio todo y lo intentó hasta el final. Yo creí y confié en este equipo incondicionalmente, dando siempre el 100% en cada partido y en cada entrenamiento. Yo me entrego al fútbol cada uno de mis días, hice del fútbol mi profesión y juego por amor a este deporte. Esa es mi verdad, la fidelidad conmigo misma y con mi fútbol, y nadie ni ningún resultado me la va a poder quitar jamás.
Al fin y al cabo, el fútbol es un juego de confianzas y confiar es quizá el acto de amor más grande con el que podemos contar ⚽️❤️