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sábado, julio 27, 2024

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Jorge Daniel Rivarola y Guillermo Andrés Páez fueron imputados por el homicidio de Mafalda Sánchez

Quedaron detenidos el martes por la noche, a última hora, por el delito de “homicidio en ocasión de robo”. Se trata de Rivarola (31) y Páez (44), quienes estaban demorados.

Dos hombres fueron imputados por el homicidio de Mafalda Sánchez, la mujer de 67 años que mataron en su casa, un monoblock ubicado a la altura de Chacabuco casi esquina Las Heras.

Jorge Daniel Rivarola, de 31 años, y Guillermo Andrés Páez (44) quedaron detenidos el martes por la noche, a última hora, por el delito de “homicidio en ocasión de robo”.

Ese mismo día a la madrugada ambos habían sido aprehendidos por los policías de la División Homicidios de Villa Mercedes, tras un par de allanamientos. El aspecto físico de los hombres coincide con los datos que varios testigos señalaron sobre los dos falsos electricistas que merodeaban el barrio La Rioja, el momento previo a que ingresaran a lo de la víctima y la tomaran por sorpresa.

Los investigadores, además, lograron determinar que en la vivienda falta una pertenencia de la mujer, que seguramente los agresores se robaron: un recipiente donde ella solía guardar dinero.

Aparte de ello, en la vivienda no faltaba nada más. Los delincuentes no se llevaron ni siquiera el celular de la mujer de 67 años. Pero sí está claro que revisaron por completo su departamento en busca de algo. Toda la casa «estaba revuelta», pero el lugar al que le dedicaron especial atención fue al dormitorio, detalló una fuente. Los ladrones dieron vuelta cada rincón y vaciaron el contenido de los cajones de la pieza, dejando todo en el suelo.

Dos caras conocidas

Al tiempo que inspeccionaban la vivienda, los policías también hablaron con varios testigos que, al parecer, habrían dialogado con los agresores pensando que eran empleados de una empresa de servicio eléctrico. De hecho hay una persona que asegura haber charlado con ellos por un lapso de 40 a 60 minutos.

Los testimonios de esas personas y de otras fueron cruciales para que los efectivos lograran identificar a los presuntos falsos electricistas por su aspecto físico. Según las descripciones brindadas por los testigos, los delincuentes eran estéticamente muy diferentes entre sí.

Algunos vecinos que vieron a los asaltantes, momentos previos a que atacaran a Sánchez, contaron que ambos estaban vestidos con prendas similares a las que usa el personal de energía eléctrica. Tenían una caja de herramientas, una mochila y uno de ellos usaba un tester (aparato para medir las magnitudes eléctricas en un circuito) en los cables del tablero eléctrico del monoblock donde vivía la víctima, maniobras que sirvieron para cortar la corriente en el departamento de la mujer.

Otro testigo refirió que vio cuando uno de ellos salía de la vivienda de Sánchez, mientras el otro permanecía en el patio delantero de su domicilio, cercado por rejas.

Con esos datos, la Policía llegó a la conclusión de que los ladrones que mataron a la mujer coincidían con dos caras muy conocidas por ellos en el ambiente delictivo porque cargan con numerosos antecedentes por delitos contra la propiedad.

Así, con la autorización del fiscal instructor Maximiliano Bazla, el martes, pasadas las dos de la mañana, allanaron los domicilios de Rivarola y Páez: uno en Italia al 2000, en el barrio 70 Viviendas, y el otro en Bélgica y Paul Harris, en el Villa Celestina.

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