El interno en Pampa de las Salinas dijo que comenzaron las represalias por exponer irregularidades y hechos de corrupción dentro del Servicio Penitenciario.
“Varios internos nos hemos animado a reclamar por nuestros derechos e indicar los actos de corrupción que los conocemos a menudo y empezaron las represalias”, comenzó relatando desde la cárcel en Pampa de las Salinas, Alberto Figueroa.
Días atrás, dialogó con periodistas y denunció a las autoridades del Servicio Penitenciario provincial por hechos de corrupción. Además, aseguró que todos los internos estaban al tanto de la venta de droga. Esto último a raíz de una investigación Federal que derivó en un líder narco dentro del complejo en la capital puntana.
“Están molestos, el Servicio Penitenciario está molesto y empezaron las represalias y anoche, por ejemplo, me llevaron hasta la puerta a los calabozos para castigarme por haber hablado con El Chorrillero, por haber dado una entrevista telefónica, pretendieron sancionarme, me sacaron de mi pabellón y me llevaron hasta los calabozos”, describió este martes.
Indicó que intervinieron tres funcionarios penitenciarios: “Me amedrentaron entre el director de la Unidad y el jefe de vigilancia. Me dijeron, ‘Figueroa, vos tenés que mantener la boca cerrada, no te hagas el justiciero, no lográs nada, lo único que conseguís es perjudicarte vos, mírate dónde estás ahora, estás por ir a un calabozo’”.
Identificó a los agentes como Barrios (director de la Unidad), Perrone (jefe de vigilancia) y Garay (encargado de la cárcel en ese turno).
A eso agregó, una brutal agresión a otro recluso que lo había ayudado: “Hoy lo golpearon de una manera brutal, como le dejaron la cara, las costillas. Hay una impunidad total desgraciadamente”.
“Lo golpearon brutalmente y lamentablemente me siento responsable porque justamente este muchacho ayudó para que no me hicieran un tema de golpes”, agregó.
Mencionó que anteriormente hubo otro intento de amedrentarlo a través de otros internos y fue cuando éste lo había ayudado.
El hombre que cumple condena por el crimen de Walter Gramaglia dijo que a través de su familia presentó un habeas corpus ante la jueza de Sentencia, María Itatí Zudaire Carricaburu.
“No estamos pidiendo la libertad, ni beneficios nada, estamos pidiendo que se cumpla la ley solamente y que no sigan abusando de nosotros”, sostuvo.
Luego de la presentación judicial, expuso que fue amenazado en la puerta del pabellón: “Me trataron de gremialista hijo de puta realmente. Es deplorable porque estamos volviendo a la cárcel de las décadas pasadas. Realmente no me esperaba esto”.
“Los años que viví en la cárcel no viví estas cosas, a estas cosas las estoy conociendo en La Botija. Esto es producto de haber hecho una cárcel en medio del desierto”, cuestionó.