El magnate estadounidense Elon Musk aseguró que el primer paciente humano que recibió un implante cerebral de su empresa Neuralink es capaz de mover el mouse de una computadora con el pensamiento.
La empresa emergente de neurotecnología de Musk instaló el mes pasado su primer implante cerebral en un ser humano, experimento que resultó ser un éxito, según dijo el también propietario de la red social X.
«Parece que el paciente se ha recuperado completamente (de la implantación) sin efectos adversos«, dijo Musk en una entrevista transmitida en su plataforma, antes conocida como Twitter.
Además, es capaz de «mover el mouse por la pantalla solo con el pensamiento», reveló.
«Intentamos que el mayor número posible de pulsaciones de botón se produzcan a partir del pensamiento», añadió el magnate, quien resaltó: «Quieres tener, obviamente, algo más que dos botones».
Cómo funciona la tecnología de Neuralink
La tecnología de Neuralink funciona a través de un dispositivo del tamaño de cinco monedas apiladas que se coloca dentro del cerebro humano mediante una cirugía invasiva.
La «start-up», cofundada por Musk en 2016, pretende construir canales de comunicación directa entre el cerebro y las computadoras.
Elon Musk dijo que el paciente que se instaló Neuralink en el cerebro evolucionó favorablemente sin efectos adversos
La ambición de la compañía es potenciar las capacidades humanas, tratar trastornos neurológicos como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o el párkinson y, tal vez algún día, lograr una relación simbiótica entre humanos y la inteligencia artificial.
Musk no es el único que intenta avanzar en este campo, conocido oficialmente como investigación de la interfaz cerebro-máquina o cerebro-computadora.
Tras varios retrasos, el magnate habría intentado unir fuerzas con el desarrollador de implantes Synchron. Esa compañía, con sede en Australia, implantó su primer dispositivo en un paciente estadounidense en julio de 2022.
Los cuestionamientos a Neuralink
Valuada en u$s5.000 millones el año pasado, y pese a sus propuestas innovadoras, la empresa de Elonn Musk no está libre de críticas.
Por caso, Neuralink se enfrentó al escrutinio después de que un mono muriera en 2022 durante un intento de hacer que el animal jugara al Pong, uno de los primeros videojuegos. En diciembre de 2022, los empleados declararon a Reuters que la empresa se estaba precipitando en la comercialización, lo que provocó la muerte descuidada de animales y una investigación federal.
Pero en mayo del año pasado, Neuralink recibió la autorización de la FDA para realizar ensayos clínicos en humanos y, unos meses más tarde, la startup comenzó a reclutar pacientes con cuadriplejia causada por una lesión de la médula espinal cervical o esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
El ensayo forma parte de lo que Neuralink denomina «Estudio PRIME», abreviatura de «Precise Robotically Implanted Brain-Computer Interface» (Interfaz cerebro-ordenador implantada robóticamente con precisión), cuyo objetivo es estudiar la seguridad de su implante y robot quirúrgico, y probar la funcionalidad de su dispositivo, según informó la empresa en una publicación de su blog de septiembre sobre el reclutamiento de participantes en el ensayo.
La «pelea» de Elon Musk por SpaceX
En una cruzada contra el estado de Delaware, Elon Musk mudó la sede de SpaceX
Luego de perder en un juicio 56.000 millones de dólares de remuneración en Tesla, Elon Musk inició una cruzada contra el estado de Delaware, de donde acaba de mudar la sede de otra de sus empresas, SpaceX.
La Delaware Chancery Court (DCC), una de las tres cortes constitucionales del Estado, especializada en derecho comercial, es considerada desde hace más de un siglo como uno de los pilares del capitalismo en Estados Unidos, ya que es la jurisdicción de referencia de cerca de dos tercios de las 500 mayores empresas del país.
Según datos de este Estado del este del país, cerca de 80% de los ingresos a bolsa fueron registrados en su territorio: las empresas confían en la experiencia de sus jueces y en la estabilidad de su sistema jurídico.
Pero una reciente decisión de la DCC en contra de Musk enfureció al empresario, que considera a la corte como un refugio de abogados ultraortodoxos y de jueces que se interponen entre él y su visión empresaria y sus decisiones estratégicas.
A fines de enero, un juez falló a favor de un accionista del fabricante Tesla, que solicitaba la anulación de un plan de remuneración acordado en 2018 a Musk, fundador de la empresa, que alcanzaba los 56.000 millones de dólares.
«SpaceX se mudó de Delaware a Texas», anunció Musk el miércoles en su red X (ex Twitter), y agregó: «Si su empresa sigue registrada en Delaware, les recomiendo moverla hacia otro estado lo antes posible».