Pionera en la industria del cemento en la Argentina, Loma Negra se apresta a cambiar nuevamente de manos y podría volver a accionistas argentinos. Esta vez por las millonarias deudas de su dueña, el holding Intercemento de Brasil que pertenece a la familia Camargo Correa.
Los accionistas brasileños que poseen la firma que fue, desde su nacimiento hace casi un siglo hasta 2005 de Amalita Fortabat, jugaron con la posibilidad de venderla a otra brasileña, la Compañía Siderúrgica Nacional, la principal siderúrgica de Brasil, que figura entre las más grandes de América Latina. Y hasta les dieron tiempo para decidirse hasta el próximo viernes 12.
En ese corto intervalo hay una fuerte presión por la deuda de los dueños de Loma Negra que en el mercado calculan en torno a US$ 1.500 millones. El banco brasileño BTG Pactual es el encargado de la negociación.
En lo que ya es toda una tendencia, a juzgar por las últimas operaciones, esta vez el grupo Pampa de Marcelo Mindlin, que tiene entre sus activos a la constructora Sacde, sería el candidato más firme.
Desde su lógica formaría parte de la cadena de integración de una constructora que tiene entre sus pergaminos construir junto con Techint el gasoducto Néstor Kirchner y la reversión del gasoducto Norte.
El año pasado la facturación de Loma Negra ascendió a $ 422.161 millones con un Ebitda ( margen antes de impuestos y amortizaciones) de $ 100.351 millones. Despachó 6,4 millones de toneladas de cemento, una cifra que no alcanzará este año por el derrumbe de ventas dado el freno de la obra pública y la caída de actividad que impacta en la obra privada.
Desde 2017 Loma Negra cotiza en Wall Street. Y ahora se desprende del paquete de control que es el 51%. El resto, flota en la Bolsa. Trascendió que la cifra llegaría a US$ 700 millones.
La empresa invirtió US$ 320 millones en 2021 para ampliar la planta L’Amali en Olavarría y aumentar 40% su capacidad de producción, lo que hacía difícil suponer este desenlace, que se atribuye a las mencionadas deudas de InterCement.
Las deudas pesan a tal punto que este holding de las hermanas Camargo Correa inició un ambicioso plan global de desinversión. En junio del año pasado la compañía china Huaxin Cement Co se quedó con sus operaciones en Mozambique y Sudáfrica.
Fundada en 1926, cuando Alfredo Fortabat descubre la piedra caliza en la localidad Loma Negra en Olavarría, la empresa se expandió en distintas fábricas como las ubicadas en Barker, cerca de Tandil, en San Juan, Zapala (Neuquén) y Catamarca.
Compró otras cementeras como Cementos San Martín en Paraná, tiene el ferrocarril Ferrosur Roca que conecta a todas sus plantas y una recicladora, Recycomb que convierte los residuos en combustible alternativo que utilizan sus fábricas. Entre sus activos figura también un centro logístico de última generación en la bonaerense Cañuelas.
Pero el gran salto fue en 1998 cuando creó Lomax, los camiones que llevan directamente el hormigón a las obras y que revolucionó los métodos de construcción. En paralelo creó un centro de investigación y desarrollo que es único en América latina y sirve para definir el tipo y las cantidades de cemento según cada obra de construcción.
La firma emplea a 2.906 personas, 1829 en Loma Negra y otras 1.077 en Ferrosur.