Diosa del pop y dueña de una voz que atraviesa más de seis décadas, Cher (78) acaba de publicar Cher: The Memoir, Part One (su vida es demasiado intensa para que quepa en un único libro). En esta primera entrega (la segunda se espera para 2025), repasa su infancia en un orfanato, la complicada relación con sus padres, sus primeros pasos en la música y su tortuosa relación con su primer marido y mentor, Sonny Bono, padre de su hijo mayor y con quien integró uno de los dúos más exitosos de la historia, Sonny & Cher. También cuenta cómo fue el mismo Francis Ford Coppola el que le abrió los ojos para transitar la actuación que la llevó a estar nominada al Oscar por Silkwood, protagonizar Las brujas de Eastwick y Hechizo de luna, el film que le valió la estatuilla de la Academia.
El libro recorre la turbulenta infancia de Cherilyn Sarkisian (su verdadero nombre). Su madre, Georgina Holt, era cantante y actriz. Su padre, John Sarkisian, sufría una severa adicción a las drogas y problemas con la ley por estafas. Cuando, tres meses después de la boda, la mamá se enteró de que estaba embarazada, John la llevó a una clínica para que interrumpiera la gestación, pero ella no quiso, aunque tampoco pudo criarla: dejó a Cher en un orfanato bautista de Scranton un largo período mientras trabajaba por turnos en una cafetería. Años después se la llevó a vivir con ella. Sin embargo, la ausencia materna en la infancia la marcaría de por vida.
LA PASIÓN Y LA TRAICIÓN
A pesar de vivir en la periferia de Los Ángeles, se codeaba con los hijos de estrellas como Liza Minnelli y uno de sus primeros romances fue con Warren Beatty, el hermano de la actriz Shirley MacLaine, y con Earl Struck, un representante con quien se fugó a los 16 porque él le había prometido convertirla en estrella y sólo le consiguió trabajo como bailarina de striptease. “Fui testigo de demasiado caos, demasiada ira, demasiado miedo… “, evoca Cher. La estabilidad emocional y el empujón que necesitaba los encontró cuando conoció a Sonny Bono en una cafetería, en noviembre de 1962.
Él al principio aseguraba que no se sentía atraído, y sin embargo la chispa se encendió a raíz de un beso inesperado, tras el que se enamoraron y se casaron en una boda hippie en Tijuana, en octubre de 1964. Juntos formaron un dúo musical superexitoso, creadores de algunos hits como “I Got You Babe”, “The Beat Goes On” y “Bang Bang”. La pareja tuvo una hija a la que llamaron Chastity (con los años se cambió de sexo y ahora se llama Chaz) y vivió un tiempo de felicidad que dio paso a la amargura porque, si bien Bono potenció la carrera de Cher, también la llevó a la ruina.
“Se llevó todo mi dinero. Yo pensaba que éramos marido y mujer, la mitad para cada uno. Me sentía mareada por la soledad”, escribió sobre una noche de 1972 en la que consideró saltar desde el balcón: “Vi lo fácil que sería dar un paso al vacío y desaparecer… Sonny tenía el 95 por ciento de Cher Entreprises y su abogado, el 5 restante. ¡Y yo, nada! Habíamos trabajado 12 años”, explica. Ella se plantó frente a su marido, se divorciaron y tuvo que empezar de cero… en la carrera y en el amor. Y no se detuvo en ninguno de los dos terrenos.
EN BUSCA DEL AMOR PERDIDO
En el final de su matrimonio, Cher ya había tenido dos romances con poderosos en la industria del espectáculo: Marlon Brando (asegura que salieron, pero que no tuvieron relaciones sexuales) y el magnate de la producción David Geffen, con quien llegó a estar comprometida y que, años más tarde, se declaró gay. Esas relaciones no prosperaron, pero sí la que tuvo con el tecladista y cantante Gregg Allman, y que empezó con una cita desastrosa: el músico consumió heroína y se desmayó luego de la cena. En 1975 se casaron… y se divorciaron a los nueve días.
Sin embargo, se reconciliaron y estuvieron juntos hasta 1979. En 1976, Cher y Allman dieron la bienvenida a su único hijo juntos, Elijah Blue, quien desde muy joven enfrenta adicciones y problemas de salud mental tan serios que Cher solicitó su tutela legal. Tras su separación de Allman, decidió que no volvería a casarse, aunque eso no le impediría enamorarse. Entre sus amores figuran Gene Simmons (el bajista de Kiss famoso por su larga lengua con quien Cher tuvo una relación a la que calificó como “la mejor que tuve con un ser humano”), Eric Clapton, Richie Sambora (guitarrista de Bon Jovi), Val Kilmer (“demasiado intenso y ardiente”), Tom Cruise (a quien puso en su lista de mejores amantes), el productor de cine Josh Donen, el guitarrista Les Dudek, el jugador de hockey Ron Duguay, el escritor Ron Zimmerman y Tim Medvetz, un motocilista de los Hell’s Angels veinticuatro años menor que devino en conductor de televisión. Para Cher, su novio más importante fue Rob Camilletti, un aspirante a actor de 22 años que trabajaba en un restaurante que frecuentaba a sus 40.
“Fue el auténtico amor de mi vida”, dijo. Estuvieron juntos tres años. Después de esos amores conocidos y otros ocultos de los que Cher presume, en octubre de 2023 oficializó su relación con el productor Alexander Edwards (38), cuatro décadas menor que ella. En una entrevista, reveló: “Detesto hablar de lo feliz que soy, pero la verdad es que lo pasamos muy bien juntos. Tiene un gran sentido del humor y el hijo más lindo del mundo”. Cher no es ajena a las críticas porque sus últimas parejas son mucho más jóvenes que ella y explica: “Los hombres de mi edad ahora están todos muertos, pero antes siempre tenían miedo de acercarse a mí. Mientras que los hombres más jóvenes han sido criados por mujeres como yo”.
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