SOCIEDAD
El calor llevó a vecinos a sumergirse en aguas contaminadas del Río de la Plata, a pesar de la prohibición vigente.
En julio de 2024, el Gobierno porteño inauguró el Parque Costero en la Costanera Norte, un espacio pensado para «reconectar» la ciudad con el Río de la Plata. Este parque incluye áreas verdes, arena y hasta palmeras, buscando replicar el ambiente de una playa urbana.
Ubicado en la Comuna 13, sobre la Av. Rafael Obligado 6551, el parque cuenta con una bajada escalonada que permite el acceso directo al río. Sin embargo, desde 1975 está prohibido bañarse en estas aguas debido a sus altos niveles de contaminación.
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¿Qué tan contaminado está el Río de la Plata?
El Río de la Plata, confluencia de los ríos Paraná y Uruguay, acumula residuos urbanos, desechos cloacales y químicos industriales. Un monitoreo de 2019 realizado por la Secretaría de Medio Ambiente y la UTN señaló que el agua no es apta para actividades recreativas.
En el análisis se detectaron bacterias como Escherichia coli y metales pesados como cromo y plomo. Estos contaminantes representan un riesgo para la salud, pudiendo causar vómitos, diarrea, dermatitis y conjuntivitis, entre otros problemas.
Casos recientes de intoxicaciones
En 2024, 85 deportistas sufrieron intoxicaciones tras participar en una competencia de nado en Punta Carretas, Uruguay. Este evento fue una clara advertencia sobre los riesgos de exponerse a estas aguas.
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El mensaje del Gobierno
El Gobierno de la Ciudad promocionó el Parque Costero como un espacio para acercarse al río, pero sin permitir el ingreso al agua. Desde Desarrollo Urbano explicaron que «no hay una contradicción entre promover la conexión con el río y prohibir el baño en zonas contaminadas».
El parque fue presentado como parte del proyecto BA Costa. El propósito del plan era recuperar el vínculo de los porteños con su ribera a través de obras que mejoran el paisaje costero.
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¿Por qué sigue ocurriendo?
A pesar de la prohibición, las altas temperaturas llevaron a muchos a ignorar los riesgos. Las fotos muestran a niños y adultos bañándose en el río, lo que expone una falta de controles efectivos y de señalización en el lugar.
Hasta el momento, el Gobierno porteño no ha dado respuesta sobre la ausencia de bañeros ni sobre medidas para reforzar el cumplimiento de las normas.
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