James Evans tenía la edad de 21 años cuando compró un boleto de la lotería nacional Set of Life (Inglaterra), en diciembre de 2020, por el que sorteaba la cantidad de 10.000 libras al mes (11.000 euros) durante los próximos 30 años. Los números escogidos fueron 2, 4, 22, 37, 45 y la Life Ball el 10. Desde entonces, el joven de 25 años ha dado un giro radical a su vida, primero cambiando su empleo, de operario de obra a monitor de esquí, y segundo, dándose una serie de caprichos que solo la lotería es capaz de dar: acabar de pagar el coche, comprar un ordenador nuevo o la entrada para una casa con bañera de hidromasaje incluido.
Pero también se aseguró que sus seres queridos recibieran una parte del pastel, sobre todo en materia de seguridad económica, además de realizar diferentes donaciones a organizaciones benéficas. “Aparentemente, fui el ganador más relajado que jamás haya ganado la Lotería Nacional, pero en realidad estaba en shock, no lo había asimilado”, ha confesado Evans.
También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook
“Estaba en una videollamada con mis amigos y todos intentaban adivinar la noticia que tenía que decirles”, ha recordado el afortunado. “Después de ganar, todos empezaron a comprar boletos de la Lotería Nacional”, ha continuado contando Evans.
Pero no ha sido la fortuna mensual lo que ha cambiado la manera de ver la vida del joven. “Lo que realmente me ha cambiado como persona es poder hacer cosas por los demás”, ha explicado el ganador. Su familia es importante para él, y ha podido pagar a sus padres un viaje a Austria para esquiar, comprar un coche a su hermana y ayudar a su hermano a comenzar un nuevo negocio. Además, ayuda a su padre con el negocio familiar de jardinería: “Siempre lo pondré en primer lugar y seguiré haciéndolo hasta que se jubile”.
El año pasado, Evans decidió involucrarse en la ONG Canine Partners, ayudando a construir un bungalow adaptado para que puedan subir los dueños en silla de ruedas de los perros. Más tarde, al saber de su pasado profesional como paisajista, pidieron al ganador convertir una zona cubierta de vegetación en un jardín conmemorativo para perros que habían fallecido, para que sus dueños puedan ir allí y recordarlos.
“Cuando me enseñaron una película en la que los perros ayudaban a sus dueños, me emocioné tanto que lloré dos veces. Esa noche no podía pensar en otra cosa, así que pregunté si podía hacer lo mismo con el jardín conmemorativo”, ha indicado Evans. Dos semanas después, el ex-paisajista regresó con una excavadora, hizo los planos, cimentó la estructura y fabricó caminos de hormigón.
El trabajo no duró ni dos semanas. “Fue una de las cosas más satisfactorias que he hecho en mi vida. Conocí un par de persona en silla de ruedas y a sus perros que me dijeron que les había resultado muy positivo tener un lugar donde poder reflexionar. Al ayudar a los demás, siento que estoy transmitiendo algo de mi suerte”, ha subrayado Evans.
Pero, a pesar de su fascinación por ayudar al prójimo, el ganador de la lotería a sacado tiempo para poder practicar el deporte que le apasiona. “Me encanta esquiar y aprobé el examen de nivel uno para convertirme en instructor de esquí el año pasado, y ahora doy clases en SnowDome”, ha señalado Evans.
Todo por hacer realidad su sueño, enseñar en el extranjero: “Para mí no se trata del salario, sino de la experiencia”, ha recalcado el afortunado. “Ser instructor de esquí siempre ha sido mi plan para más adelante en la vida, pero cuando gané Set for Life pensé ¿Por qué no ahora? Solíamos ir varias veces al año con mi familia. Definitivamente, soy más de montaña que de playa”, ha bromeado Evans.
El ahora profesor de esquí enseña a todas las personas, desde los cuatro años hasta los 70. “Recibir ese dinero en mi cuenta nunca será una molestia”, ha dicho Evans, al que todavía le tienen que hacer 310 ingresos más.