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jueves, febrero 27, 2025

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Las vaquitas son ajenas

El Ejecutivo nacional eliminó este miércoles la prohibición de exportar de ganado vacuno en pie con destino a faena para consumo, tras derogar el Decreto 322/1973, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía. La norma regia desde hace más de medio siglo para proteger el mercado interno, la industria y privilegiar el consumo de proteína cárnica en la mesa de las familias que habitan la Argentina. 

En un contexto de caída histórica del consumo de carne a nivel nacional y de aumento en el precio del producto en los mostradores, la administración libertaria decidió privilegiar la exportación. «Si se va todo afuera, olvídate que alguien acá pueda comprar carne. El precio va a volar. Quieren transformar la cultura de lo argentino donde el asado, la milanesa y el puchero son parte fundamental de lo que nos hizo como país. Son brutales», aseguró a Página 12 un empresario vinculado a la actividad.

En 2024, por primera vez en la historia nacional, se consumió en promedio más pollo que alimentos bovinos. Las estimaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCRA) indicaron que en ese período se demandaron 49,3 kilogramos de productos avícolas por habitante promedio, contra 48,5 kilos de carnes rojas per cápita.

De acuerdo a la publicación en el Boletín Oficial, la medida gubernamental «busca generar nuevas oportunidades en el mercado vacuno exportador y se fundamenta en el libre comercio y las decisiones libres del sector ganadero en tanto no existen motivos para mantener esta restricción». Sin embargo, varios carniceros consultados por este diario concluyeron «veníamos mal y con esto nos empujan a cerrar. Van a destruir a las carnicerías. La gente viene y compra de a trozos». 

El encarecimiento de la carne para el mercado local resulta un destino inevitable ante la puesta en marcha de la nueva norma. Como ocurre en otros casos -y por ello los gobiernos aplican retenciones u otros aranceles- la apertura total de la exportación para el producto provoca la suba del precio y la escasez en el mercado local. 

La tendencia sobre el consumo de cortes vacunos en a nivel interno interno marcó los números más negativos de la historia desde que asumió Javier Milei como presidente. Los datos difundidos por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), son récord: la mesa de los argentinos redujo 4,2 kilos promedio de carne al año y es la menor cantidad en tres décadas. Solo en febrero, los cortes subieron 10 por ciento y el kilo de asado quedó el 12.000 pesos. En diciembre de 2023, valía 4.900 pesos. El incremento es de 244 por ciento en 14 meses.

Las estadísticas nos estarían completas sin un cruce con lo que ocurrió durante 2024 con los salarios. Según datos del Indec durante el primer año de Milei los trabajadores perdieron en promedio el 10 por ciento de sus ingresos con respecto de la inflación. Entre comienzos de diciembre de 2023 y septiembre de 2024 la inflación acumulada fue de 153 por ciento y los sueldos privados registrados aumentaron en promedio 149 por ciento.

Sin embargo, la perspectiva es diferente cuando se analiza el rubro exportaciones del producto: aumentaron 11,8 por ciento en 2024.

La resolución que se oficializó a través del Decreto N° 133/2025 tiene como argumentos los principios de «la libertad» que proclama el primer mandatario libertario del mundo, como él mismo se definió: promover y garantizar «la vigencia efectiva, en todo el territorio nacional, de un sistema económico basado en decisiones libres, adoptadas en un ámbito de libre concurrencia, con respeto a la propiedad privada y a los principios constitucionales de libre circulación de bienes, servicios y trabajo». 

Asimismo, la iniciativa asegura que otro de los objetivos es la mayor inserción de la República Argentina en el comercio mundial. «La exportación ganadera, además de constituir una apreciable fuente de divisas, promueve en nuestro país acciones en favor del mejoramiento zootécnico de las razas ganaderas y suma prestigio de la producción nacional, por lo que es necesario estimular su libre desarrollo», fundamenta.

La palabra libre se reitera varias veces en el detalle de la medida que no incluye ninguna afirmación respecto a garantizar el abastecimiento del mercado interno y la supervivencia de la industria que comercializa al mundo los cortes envasados: es decir requieren un proceso más elaborado que el envío del ganado en pie.  

«Los DEX (derechos de exportación) para la carne bovina son del 6,5%, pero la hacienda en pie tributa solo el 9% (Decreto 230/2020). ¿Quién va a seguir invirtiendo en nuestra industria cárnica si se paga casi lo mismo de DEX por la hacienda en PIE que por los cortes envasados? Esta medida va a contramano de darle valor agregado a nuestras exportaciones y perjudica a los frigoríficos argentinos y a sus trabajadores», advirtió el exdirector de Aduanas, Guillermo Michel.

El decreto además anula las disposiciones que facultaban a la ex Junta Nacional de Carnes para que pudiera regular la exportación hacia los países limítrofes y a Perú. 

La desregulación extrema bajo el lema de una «mayor libertad de mercado» podría provocar problemas de abastecimiento para el consumo local y desalinear toda la industria vinculada a la actividad, según opinaron distintos expertos consultados. 

«Excluirnos gratuitamente de esos mercados es un sinsentido», afirmó en la red social X, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en referencia a la demanda mundial de carnes rojas.

El funcionario, que celebró fervientemente la anulación de la prohibición, remató: «en los últimos días hemos debatido los casos de cueros, carbón y chatarra, todos con prohibiciones o puntos de exportación limitados que cercenan las posibilidades de exportación. Insólito».

«El gobierno libertario sigue profundizando un modelo económico de reprimarización extrema. A ese modelo, le sobran 30 millones de argentinos», cuestionó el director del Instituto Consenso Federal, Alejandro Rodríguez.

La Dirección Nacional de Control Agropecuario de la Secretaria de Agricultura de la Nación difundió que el año pasado se faenaron poco más de 13,9 millones de cabezas, con el frigorífico Swift como destacado con 494.089 cabezas y Coto en segundo lugar  con 470.014 unidades.

Los siguieron el frigorífico Gorina con 410.107 cabezas, Rioplatense con 365.485 cabezas y Arre Beef con 305.853 cabezas. Tanto Swift, como Gorina, Rioplatense y Arre Beef están centrados en el mercado externo, mientras que Coto cayó del primer puesto en la lista de faenadores porque se encuentra más vinculado al consumo interno.  De las 50.000 toneladas anuales que produce Gorina, por ejemplo, 45.000 las comercializa hacia otros países. Frigorífico Rioplatense, por su parte, envía carne cocida congelada, cortes enfriados y congelados a la Unión Europea, Estados Unidos y China. Fue uno de los más privilegiado en el reparto del cupo de la Cuota Hilton 2024/2025 con 1.824 toneladas.

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