En un mensaje contundente, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) se refirió a la tragedia ocurrida en Bahía Blanca y lanzó un duro llamado de atención a la dirigencia política. A través de un comunicado difundido recientemente, la secretaría general del organismo eclesiástico expresó su preocupación no solo por el desastre que dejó a cientos de familias en la calle, sino también por la grieta política que se profundiza en un contexto de emergencia. «Existe otra realidad que no podemos ignorar«, advirtieron, en referencia a “las actitudes y expresiones que hieren, los discursos despectivos y, en algunos casos, de una crudeza extrema, que atentan contra la unidad que como sociedad necesitamos con urgencia”.
La Iglesia también manifestó su «profundo dolor por la tragedia que golpeó a Bahía Blanca, especialmente por quienes perdieron a sus seres queridos y aquellos que se quedaron sin hogar, sin pertenencias. En cuestión de segundos, se desmoronó el fruto de años de esfuerzo, sacrificio y trabajo… y con ello sus sueños».
En el comunicado, los obispos destacaron la importancia de volver a poner en el centro de las prioridades a la persona y su dignidad, subrayando que es fundamental que las políticas públicas y los esfuerzos colectivos se orienten a proteger a los más vulnerables.
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“La voz de la gente es desgarradora: ‘¡Perdimos todo!’. Sin embargo, en medio de tanto dolor, surge un signo de esperanza: la reacción espontánea de la comunidad, la compasión que se traduce en ayuda concreta, en gestos de ternura y solidaridad, incluso hasta el extremo de arriesgar la propia vida para salvar a otros. Este compromiso colectivo es una muestra innegable de que nos necesitamos mutuamente”, afirmaron.
Asimismo, valoraron el trabajo de las distintas organizaciones e instituciones que, con esfuerzo y dedicación, han sabido canalizar la ayuda para asistir a los damnificados. «En medio de la catástrofe, la organización solidaria permite rescatar, salvar y mantener encendida la llama de la esperanza».
En otro tramo del mensaje, la Iglesia también hizo referencia al estado de salud del papa Francisco, asegurando que «su recuperación ha estado presente en nuestras oraciones, no solo por el profundo afecto que le tenemos, sino porque su palabra y sus gestos son un faro en la defensa de la dignidad humana y del cuidado del planeta».
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