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domingo, marzo 23, 2025

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Sergio Dalma, tras perder a su padre y convertirse en abuelo: «La música es mi refugio»

Con casi una veintena de discos grabados a lo largo de sus 35 años de trayectoria, siendo uno de los mayores referentes de la canción romántica, el español Sergio Dalma sigue recorriendo el mundo, festejando junto a sus miles de seguidores a través de sus grandes éxitos, pero nunca bajando la guardia: siempre aparece con propuestas nuevas o aggiornadas a la época actual.

Aunque lo más trascendental quizás tenga que ver con esa buena energía que irradia y que lleva de un lado al otro, sea el país que sea, o el continente que le toque visitar.

Por estos días, Sergio Dalma se encuentra alojado en diferentes hoteles argentinos, pues cuenta con funciones en varias provincias, tales como Córdoba, Santa Fe y Mendoza, además de una fecha muy importante en el Movistar Arena de Villa Crespo, el próximo domingo 23 de marzo.

Pese al trajín de su gira Sonríe porque estás en la foto, en la que además incluye un festejo por sus tres décadas y media de su carrera como cantante profesional, el encuentro con Clarín se produce en la terraza de un hotel sobre Diagonal Norte, pleno microcentro porteño.

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Sergio Dalma llega al país con su gira «Sonríe porque estás en la foto». Foto: Martin Bonetto.

En vísperas a la llegada del otoño en el sur del continente, y ya con temperaturas amigables, Dalma lleva puesta una remera, un pantalón y zapatillas: bien canchero, a sus 60 años. Y con su sonrisa intacta, siempre bien predispuesto al diálogo, más aún en estos meses entremezclados con tristeza y felicidad a la vez: perdió a su padre el año pasado y su hijo lo transformó en abuelo, razón que lo tiene más que movilizado.

Con una botellita de agua en una de sus manos, se sienta plácidamente en una cómoda silla: un día antes, se produjo un tremendo enfrentamiento entre policías y manifestantes frente al hotel, razón que le generó “algo de temor”.

De todos modos, el cantor no solo analiza la situación local, sino más bien hace hincapié en la violenta realidad mundial. Y por eso invita a su público a sacar una sonrisa.

“Está tan politizado el mundo, me da miedo eso. Las guerras son politizadas, en Europa lo vivimos muy de cerca. Tememos una tercera guerra mundial. Y cuando estoy en España, de pronto recibo noticias de Argentina, de amigos que sufren. Cada vez los humanos somos más vulnerables, no soy tiempos fáciles”, analiza.

Pero no termina ahí: “Tengo la costumbre del leer el periódico todas las mañanas. Y a veces quiero cambiar esa costumbre. Porque las noticias, tan negativas quedan impregnadas en uno cuando arranca el día. Pero como soy una persona informada, me cuesta”.

Sergio Dalma asegura que siempre busca transmitir cosas positivas. Foto: Martín Bonetto.

Sin embargo, su apuesta por hacer feliz a sus simpatizantes a través de sus mensajes en canciones, es lo que más ocupa a Dalma.

Él lo resume de la siguiente manera: “Es una actitud frente a la vida. Buscar y transmitir lo positivo. La música fue, es y será un refugio”.

A su vez, a través del repaso de su obra y de su último trabajo discográfico, cuyo título invita a sonreír, el músico acota: “El show que estoy presentado en Argentina es entre lo nuevo y lo celebratorio. Es una mezcla entre la nostalgia y lo que se puede bailar. Yo intento que la música sea un abrigo para enfrentar lo negativo del día a día”.

Junto a su familia

Respecto a la modernización de su música, principalmente en el último tramo de su trayectoria, Sergio apuesta a rodearse de juventud. Y sus razones son más que suficientes.

Sergio Dalma trabajó en su último disco con productores veteranos y jóvenes, una combinación que le parece ideal. Foto: Martin Bonetto.

“En realidad en el último disco mixturamos entre productores veteranos y jóvenes. Eso nos otorgó una pátina viva. Fue una gran aventura. Me encanta trabajar con autores o productores más jóvenes. Probar sin desvirtuar. Evolucionar. Me gusta la juventud. Mi banda está compuesta por jóvenes y gente grande”, confiesa.

Acerca de la juventud y a su versatilidad en ese sentido, hay algo llamativo: “Tuve músicos que venían del heavy metal, trabajé con gente de ese ambiente. Más allá de que yo no haya estado en esa cuestión. El talento va más allá de dónde uno viene. También me gusta el flamenco y la música italiana. Aunque no me gustan las etiquetas”.

La vida de Dalma ha cambiado bruscamente en lo que respecta a sus elecciones del día a día cuando no está de gira. A él le gusta disfrutar de los buenos momentos y de la cercanía de los suyos.

“Me fui de Madrid hace 27 años. Ahora estoy en Girona, a una hora de donde vivía cuando era jovencito, de niño. Me apetecía vivir cerca de mis padres”, argumenta.

Sergio Dalma volvió a vivir cerca de sus padres, después de muchos años en Madrid. Foto: Martín Bonetto

Claro: sus padres, ya entrados en edad, con la cercanía de uno de sus hijos, y la necesidad de no sentirse tan solos. El cantante no se arrepiente de su decisión, más aún habiendo acompañado a su papá hasta los últimos momentos de su vida.

“Él falleció el año pasado. Y pensé que fue acertado estar junto a él. También con mamá, que tiene 84. Entenderlos y disfrutarlos fue y es muy gratificante”.

-¿Te pudiste despedir de tu padre expresándole todo lo que sentías por él?

-Sí, lo hice. Le dije todo lo que lo quería. Lo besé, le agarré la mano. Es duro. Pero en su última etapa hemos conversado mucho. Conversaciones profundas, sinceras. Escuchar a tus padres cuando son mayores es algo especial. Yo había tomado la decisión de volver a Madrid, en principio porque quería estar al lado de ellos aún cuando tenían lucidez.

Sufrí mucho la muerte de papá, ver su deterioro. Para mí fue alguien muy especial. Fue quien me acompañaba cuando yo arranqué cantando, a mis 16 años. Él me acompañaba a los salones de fiestas donde actuaba en Barcelona. Además, me ayudaba a levantar los equipos de sonido. ¡Cómo olvidar esos momentos!

Madre, hermano, sobrinos y nieto

Su madre, ahora viuda, no es tema menor. Pero existe un consuelo cuando el autor de Bailar pegados se sube a un avión.

Sergio Dalma la vida le quitó al padre y le dio un nieto. Foto: Martín Bonetto

“Tengo un hermano ocho años menor. Él es médico. También están mis sobrinos de 20, 21, 18 y 14 años. La presencia de ellos le otorga mucha vida a mi madre, también antes a mi padre. Es la mejor vitamina para ellos”.

De todos modos, y pese a la tristeza por la pérdida de su progenitor, existe un aliciente ineludible: el nacimiento de su primer nieto.

“Acabo de ser abuelo. Tengo un nieto de 20 meses. Imagínate lo feliz que me hace. Yo ahora pienso qué le dejaremos a las nuevas generaciones. Con un nieto es distinto, porque ya no es el compromiso de padre, sino de abuelo, desde otro lugar para otorgarle amor”, considera.

-¿Creés que fuiste un buen padre con tu hijo que te hizo abuelo?

-No sé si fui el mejor padre. Pero traté de imitar al mío. Hablando con mi hijo, me dijo algo: “Quédate tranquilo que yo también trataré de ser un buen padre como lo fuiste y eres conmigo”. Imagínate este motivo para mí: un nieto, la familia, ¿cómo no estar cerca de todo ese amor?

Su infancia y sus comienzos

Rememorando el pasado, sobre sus tiempos de infancia, algunos recuerdos trascendentales se transforman en palabras acompañadas por una sonrisa constante.

Sergio Dalma está feliz con su un nieto de 20 meses. Foto: Martin Bonetto

“Cuando iba a la escuela y pedían que alguno subiera al escenario, el primero en hacerlo era yo. ¡Era el payaso! Después, llegó el grupo semi profesional, con orquesta. Hasta que llegaron los jingles para radio y televisión. Cuando grabé Esa chica es mía, pensaba que volvería a la orquesta con la que me movía. Pero ya empecé de manera profesional. De todos modos, cuando grabo un disco, pienso como que es el primero o el último, para que me salga lo mejor posible”, señala.

De pronto, los hits, el éxito y los viajes llegaron a la vida del artista. Incluso, un momento grandioso sucedió cuando le tocó subir al escenario junto a una artista admirada por él, la italiana Daniela Romo, con quien cantó sobre un escenario estadounidense, en el marco de una entrega de premios Grammy.

“Fue justo cuando hicimos la adaptación en español de Yo no te pido la luna. Realmente fue impresionante. Justo ella salí de una enfermedad, eso lo hizo más significativo. Ella es una gran dama. Y para mí fue un momento importante, histórico”, justifica.

Otro momento cumbre suyo fue cuando Zucchero lo invitó a cantar en el festival de Mandela: “Imáginate tú que yo era admirador total suyo. ¡Y que encima me convocara! Algo que nunca borraré de mi memoria”, añade.

Sobre su vida íntima, Dalma es más cauto. “Prefiero no hablar sobre cuestiones tan íntimas, si estoy o no en pareja, ese tipo de temas. Una vez dejé que un canal de televisión ingresara a mi casa y la mostrara. Luego me arrepentí y preferí preservar mi intimidad”, se excusa.

Pese a eso, sus costumbres y amistades no son tabú a la hora del relato.

Sergio Dalma, el autor de «Bailar pegados». Foto: Martin Bonetto

“No tengo amigos dentro de la música, los míos son por fuera. Cuento con un mejor amigo; mi mamá y su mamá iban juntos a la escuela. Una vez lo invité aquí a Argentina porque no conocía, vino a verme al Teatro Gran Rex, disfrutamos, vivimos la ciudad. Es que Buenos Aires hay que pasearla, ir al teatro, librerías antiguas”, remarca.

Toma aire y prosigue: “Cuando viajo, me apetece salir solo. Con los años aprendí a defender mi papel de persona de a pie. Me sucedía lo mismo en Madrid: me subía al Metro, iba a comprar al mercado. Si no lo hiciera, sería una vida triste”.

-Cuando de ocio se trata, ¿cuáles son tus elecciones?

-Cuando no tenemos giras, me levanto a la 7 de la mañana. Suelo acostarme a las 9 de la noche, desayuno y derecho a leer. También leo por las noches. Hago algo de deporte por las mañanas. Y, además, soy fanático del vino.

Me gusta invitar a cenar a mis amigos. Siempre cocino con una copita de vino a mi lado. Me gusta cocinar pescado azul y blanco, también hago caldos. Vivo a media hora de Costa Brava. Por otro lado, viajo cada dos meses a Italia. Visito una ciudad donde hay buenos vinos, porque son mi debilidad. Amo ese espacio: Piamonte. Es mi lugar en el mundo.

-¿Te irías a vivir a Italia en algún momento?

-Es difícil, así como funciona está bien. Como te comenté, hoy tengo un nieto. Y uno la vida ya se la plantea de otra manera. Ya no depende de ti cuando suceden cuestiones importantes que te abrazan. Lo que sí puedo decirte es que a mí me gustaría que, así como aparecí, un día desaparecer de manera tranquila en lo que hago de manera profesional.

-Por último, ¿músicos argentinos a quienes admires?

-Fito Páez marcó mucho en España. Me gusta también Patricia Sosa. Lo que hace Diego Torres es magnífico. A él lo conocí personalmente. Me gusta la música de aquí. También amo al público argentino. Estuve 15 años sin venir. Y cuando regresé con la canción El Mundo, para la tira de Dulce amor, la fidelidad del público me impresionó. Así como también el vino mendocino, que nunca me lo pierdo y lo disfruto cuando toca llegar.

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