Con una extensión de más de 1 millón de kilómetros cuadrados que abarca a la Argentina, Bolivia, Brasil y a Paraguay, el Gran Chaco es una de las regiones más biodiversas del mundo, hogar de 3.400 especies de plantas, de 500 especies de aves y de más de 200 especies de reptiles y anfibios. También es un gran motor económico, ya que produce una gran cantidad de las exportaciones de soja y de ganado de la región. Sin embargo, la creciente presión de la expansión agrícola amenaza cada vez más fuerte su equilibrio ecológico.
Al respecto, el reciente informe elaborado por Tropical Forest Alliance (TFA) – una iniciativa del Foro Económico Mundial-, “The Gran Chaco: Pathways Towards a Sustainable Future” ( “El Gran Chaco: caminos hacia un futuro sostenible”, en castellano)-, afirma que el segundo bosque más grande de América del Sur puede equilibrar el crecimiento económico con la conservación ambiental, mientras se posiciona como líder mundial en agricultura regenerativa y ganadería sostenible.
El Gran Chacho: región con mucho futuro económico y ambiental
«Con las inversiones, políticas y asociaciones adecuadas, el Gran Chaco podría convertirse en un modelo para equilibrar el crecimiento económico con la preservación ecológica. El sector de la carne, en particular, tiene un gran potencial para generar un impacto ambiental positivo al mejorar la salud del suelo, la eficiencia del agua y la biodiversidad», afirmó Jack Hurd, director ejecutivo de Tropical Forest Alliance
El informe también advierte que el ecoturismo puede servir como una gran herramienta complementaria para los productores agrícolas y ganaderos, con el fin de aumentar sus ingresos y apoyar los esfuerzos de conservación, por lo que establecer reservas privadas de la naturaleza, junto con áreas protegidas por el estado y vincularlas a través de corredores ecológicos, crea rutas y senderos de ecoturismo que promueven la biodiversidad local, facilitan el movimiento de la fauna silvestre y generan oportunidades de empleo sostenibles a largo plazo.
«Este informe es un llamado a la acción para que todos los stakeholders inviertan en el Gran Chaco y prioricen su futuro; Con la creciente demanda mundial de alimentos y commodities, la región ofrece una oportunidad sin precedentes para liderar el camino en la reconciliación entre la producción y la gestión ambiental. Los gobiernos, las empresas, las ONG y las organizaciones multilaterales deben trabajar juntos para garantizar que el Gran Chaco siga siendo un paisaje productivo, resiliente y biodiverso para las generaciones venideras», concluyó Hurd.
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