Frente a hechos de inseguridad crecientes, la multiplicidad de situaciones que enfrentan a diario los miembros de la Policía de Córdoba y el objetivo de preservar la vida y la integridad de víctimas y victimarios, se instrumentaron y se actualizan permanentemente los protocolos de actuación.
A modo de evaluación del último año y medio, el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros aseguró que “los protocolos son bien usados por la Policía”.
Ante la consulta de Perfil Córdoba informó los siguientes números. En 2024 en 1.959 operativos se usó armamento menos letal y hubo 1.250 personas detenidas de las 15.000 aprehensiones a lo largo de todo el año. También se activó el protocolo de crisis -con uso de armas de fuego- en 929 casos.
A esos números sumó la estadística del primer trimestre de este año. “Son 3.500 aprehensiones y 214 protocolos de crisis, y en todo este tiempo el único resultado fatal fue el de la estación de servicio”, indicó en referencia a la muerte de Guillermo Bustamante en la madrugada del 24 de marzo pasado. La referencia expresa una valoración positiva de la existencia y aplicación de los protocolos que deben seguir los efectivos en cada procedimiento.
El episodio por el que fueron detenidos y luego liberados los policías que actuaron tras la muerte de Bustamante, sigue bajo investigación de la Justicia, aunque con calificaciones mucho más benignas que las asignadas inicialmente. Ya se les levantó la situación pasiva. Quinteros, no obstante, dijo que no volvieron a trabajar porque la tensión psicológica que atravesaron amerita una evaluación antes de incorporarlos a tareas operativas.
Cada vez que la Policía de Córdoba desenfunda un arma de fuego o de letalidad reducida, dispara y aplica un protocolo debe informar de inmediato al Organismo de Control Disciplinario de las Fuerzas de Seguridad. Es un control externo del uso de las armas,
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Uso racional y progresivo de la fuerza
La última reforma de los protocolos incorporó el uso de armamento de letalidad reducida -las Byrna- que sumó la fuerza policial a partir de agosto del 2023. Actualmente se trabaja, en un nuevo instructivo para actuar ante personas del espectro autista.
“Cuando los policías llegan a un operativo de este tipo, es muy difícil determinar ante qué situaciones y patologías están”, explicó el ministro de Seguridad Juan Pablo Quinteros durante la exhibición de “Protocolos de intervención policial” que se realizó esta mañana en la Escuela de Oficiales de la fuerza.
Los efectivos deben conocer no sólo el marco legal para respetar los derechos y preservar las vidas sino también cómo intervenir, instruir o reducir a personas inmersas en hechos delictivos o riesgosos.
En Córdoba existe, desde el 2020, el Protocolo del uso racional de la fuerza. Ordena de qué modo se deben utilizar las armas, reducir a delincuentes y actuar frente a hechos violentos. El objetivo es preservar la vida.
Las patologías mentales plantean desafíos específicos. “Hablé con el ministro de Salud, (Ricardo) Pickenstainer -relató Quinteros- y me dijo que se cuadruplicaron los casos en los hospitales, eso se ve reflejado en la calle”.
Durante la demostración de esta mañana, un caso planteado fue el de un brote psicótico de una persona que ofrecía resistencia. Otro, por un episodio de violencia familiar con un agresor munido de un arma blanca.
El protocolo madre de uso racional de la fuerza fue aprobado en octubre del 2020. Fue después del crimen policial con encubrimiento -así lo consideró la justicia- de Blas Correas, en agosto de ese año. Dos policías dispararon a mansalva a un auto y mataron al adolescente.
Meses después, en Paso Viejo, en el norte cordobés, otro operativo policial terminó con la vida de Joaquín Paredes, un adolescente de 15 años.
En el 2022, en medio de un brote psicótico Jonathan Romo fue reducido por policías que lo presionaron en el tórax al punto de causarle la muerte.
Cada episodio significó una nueva discusión y un replanteo de la formación y actuación policial. Hay policías condenados por el uso indebido o abuso de las armas que les entregó el Estado para garantizar la seguridad. Lo que se busca es evitar los excesos o