Ticmas: la empresa detrás de la “innovación educativa”
Hace algunos años que la empresa Ticmas viene escalando posiciones en el universo de la educación, aprovechando cada resquicio. Ya sean informes educativos, manuales de estudio, proyectos de reforma o incluso la Feria del Libro, toda instancia es vista por el directorio de la empresa como una oportunidad para sacar tajada. La nueva reforma BA Aprende en la CABA es parte de su agenda de negocios. Lejos de que los problemas educativos puedan ser resueltos por el mercado, Ticmas se favorece sistemáticamente con el deterioro de la educación pública, el típico caso de “cuanto peor, mejor”.
Ticmas es una empresa argentina que se enfoca en brindar “soluciones integrales a problemas educativos”. La fundadora de Ticmas es la empresaria Viviana Zocco, dueña del grupo VI-DA TEC, multinacional dedicada al desarrollo tecnológico en educación y cultura. Es a su vez la esposa de Daniel Hadad, otro importante empresario del mundo mediático argentino y dueño de InfoBAE, diario digital que bombardea diariamente con noticias sobre la crisis educativa e importante promotor de la “educación como servicio esencial”, es decir de la supresión del derecho a huelga de las y los trabajadores de la educación.
En su página web, Ticmas afirma que su “módulo curricular” es “una propuesta educativa innovadora diseñada para potenciar el aprendizaje en todas las asignaturas de la escuela primaria y secundaria, con una mirada puesta en el desarrollo transversal de competencias digitales y multialfabetización”. Destaca la eficacia y eficiencia de sus soluciones, informando que la implementación de sus recursos puede realizarse en “solo 7 días”, despertando “la curiosidad y el interés de los estudiantes con contenidos interactivos y personalizados”. Si se hace caso a esto, estaríamos ante una empresa que ha encontrado la panacea capaz de resolver, de modo casi inmediato, la totalidad de desafíos que presenta un sistema educativo atomizado en 24 provincias y la CABA, fragmentado a la vez, dentro de cada una de las jurisdicciones y dentro de un mismo nivel de la enseñanza y, a veces, dentro de una misma escuela, asegurando además la personalización de la enseñanza.
Entre sus galardones, Ticmas cuenta con haber sido elegida entre el Top20 de empresas más innovadoras en tecnología educativa, concurso organizado por el fondo de inversiones GSV Ventures. Digamos, para empezar, que la sola existencia de un certamen de ese tipo nos da una pauta del potencial de mercado que tienen los derechos sociales para estos empresarios [1].
Un vínculo estrecho entre empresa y Estado
Se trata de una empresa que, antes de existir, ya tenía vínculos con la política del Estado, la casta, para decirlo en el lenguaje de la época. Actualmente, el ministerio de educación de la Ciudad de Buenos Aires viene funcionando como sucursal de la empresa. Antes de haberse escrito el proyecto de BA Aprende, el diario InfoBAE ya invitaba a la ministra Mercedes Miguel a comentar sobre qué trataba la nueva reforma. En julio de 2024, es la propia empresa Ticmas la que publica una entrevista realizada en el despacho de la ministra, en donde explica la necesidad de transformación de la educación en la CABA y, más en general, un diagnóstico de “la educación que la sociedad necesita” en nuestros tiempos. En esa oportunidad, delineaba algunos ejes, según los cuales se debería articular la educación: fluidez lectora, bienestar socioemocional, habilidades para el futuro, etc. En una nota previa de la Izquierda Diario hemos abordado pormenorizadamente las implicancias de los ejes que planteaba [2].
Con estos antecedentes, no sorprende a nadie que la agenda educativa “para el futuro” que se propone el ministerio de la CABA se corresponda punto a punto con la propuesta que la empresa Ticmas proyecta para la educación y que, la misma empresa se constituya en proveedora de contenidos educativos digitales y para la capacitación docente en escuelas dependientes del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Más aún, Ticmas parece haberle proporcionado al ministerio de educación hasta las ilustraciones publicitarias. Y, bajo estas premisas, se impone a la sociedad una reforma educativa a medida de la empresa “licitante”. Acto seguido, todas las aristas en las que esta pueda obtener un rédito económico pasan a ser tercerizadas por el Estado. La Ciudad sería la punta de lanza para una reforma a nivel nacional, cuestión que ya están comenzando a discutir en varias provincias.
BA Aprende fue concebido estrictamente con la lógica de la ganancia y no se propone como pauta garantizar ningún derecho o fortalecer aprendizaje alguno. Comparemos, para ilustrar el argumento, entre la oferta de la plataforma Ticmas que se publicita en su página y el documento “elaborado” por el Ministerio de Educación de la CABA presentando la reforma BA Aprende.
Mucha similitud para considerarla “casual”. Las autoridades educativas presentan y festejan estas cosas como una suerte de “alianza público-privada” de nueva generación, ahora “educativa”, que impulsa la “innovación” frente a la “obsolescencia” de la enseñanza en la era de las plataformas digitales, del uso indiscriminado de IA como nueva tecno-religión, de la mitología de los “nativos digitales” y de la caza indiscriminada de datos como mercancía [3].
Pero es una “alianza” al puro servicio de la parte privada. Actualmente, y cada vez con menos soslayo, trabajadores del Ministerio de la CABA son puestos por los funcionarios a cumplir tareas “para” Ticmas, corrigiendo (a menudo rehaciendo), sus productos, evaluando la posibilidad misma de su implementación en las escuelas de la Ciudad o “alimentando la IA” de la empresa. Una situación en la que el Estado aporta el trabajo de sus propios docentes en la elaboración de los productos que una empresa debería proveer en el marco de aquella “alianza”. En otros términos: el Estado elabora los materiales que la empresa ofertará al mercado, no solo para la CABA, sino a nivel nacional e internacional, tanto para la educación de gestión pública, como privada.
Estamos, así, en presencia de una muy particular concreción de la promesa liberal de mercado, en la que el “héroe” empresario invierte arriesgando capital y generando empleo para ofrecer un producto demandado y, como resultado, obtiene una ganancia; muy particular porque aquí, la empresa Ticmas obtiene una contratación con un Estado, los contribuyentes serían quienes en verdad aportan la inversión y, como resultado, la empresa se queda con un producto que, al final del día, elaboraron trabajadores estatales y no fue demandado socialmente sino por la propia empresa, un producto marketinero y pasible incluso de ser vendido en el exterior. No se trata entonces, de una subcontratación de tantas, sino de la transferencia a un actor privado, de recursos económicos y de “know how” construido en base al trabajo docente del sector público, para que el mismo actor privado amplíe su plataforma de negocios. El Estado Capitalista en su versión más depurada y transparente.
Más allá de las críticas a la concepción pedagógica que plantean estas empresas “innovadoras” que traen como recetas del siglo XXI lógicas empresariales del XVIII, creemos que es importante dar una pelea en contra de este enfoque lobbista de la educación. Los derechos sociales conquistados por la clase trabajadora están permanentemente en jaque en el sistema capitalista y la educación pública no escapa a esto.
[1] El Grupo VI-DA cuenta, además, con financiamiento de Fundación Omidyar (del fundador de eBay) y fondos como Elevar Equity y The Rise Fund; inversiones que buscan “escalar los productos de lectura digital de Grupo VI-DA, incluyendo BIDI (biblioteca digital para universidades, empresas e instituciones), BajaLibros (tienda de eBooks) y Leamos (el servicio de suscripción de eBooks) (y además respaldar) el lanzamiento de Ticmas”. Ver: De la reforma educativa y el imperativo colonial tecnológico