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martes, julio 29, 2025

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A Salas de máquinas: el desafío de Gallardo para relevar a una piezaclavedeRiver

Esguince distal del ligamento colateral medial izquierdo. Es la lesión de Maximiliano Salas, pero es la lesión de River, también. Ese equipo que en las primeras dos fechas mostró otra cara, otra intensidad, otra energía, otro hambre ahora padece un esguince de rodilla. Y es que, se notó en el clásico del domingo contra San Lorenzo, ese River tenía como leitmotiv al correntino de Curuzú Cuatiá: sin Salas, el CARP retrocedió varios casilleros como conjunto y quedó desabrigado de todo lo que aportaba el #7, mostrando una versión mucho más parecida a la del semestre pasado, tantas veces previsible, espesa, con un dominio estéril, que a la proyección que podía verse después de los triunfos a Platense e Instituto: aun sin brillar, en las primeras dos fechas el equipo del Muñeco mostró una renovación que tenía a MS como bandera. Una bandera que ahora estará descolgada durante tres semanas de acuerdo al parte oficial del club.

El momento de la lesión de Salas. Foto Marcelo Carroll

En todo caso, la confirmación del diagnóstico, al tratarse de los ligamentos de la rodilla, generó cierto alivio puertas adentro y también en el propio jugador, que salió de la clínica Rossi con una mueca de sonrisa antes de subir un estado a su perfil de Instagram con puños apretados. Pudo ser peor, sí, pero será un problema para Gallardo no contar con Salas para lo que viene, que elevará la vara de dificultad con un duelo de eliminación directa este fin de semana con San Martín de Tucumán, el clásico con Independiente en Avellaneda y la serie de octavos de final de la Copa Libertadores contra Libertad. Un duelo para el que el ex Racing difícilmente pueda estar: cuanto menos, el zurdo se perdería el partido de ida del 14 de agosto en el estadio La Huerta de Asunción.

Gallardo deberá reemplazar a Salas. Foto Marcelo Carroll

En paralelo, el que desde ayer volvió a entrenarse ya con el alta médica de su esguince severo de tobillo es Sebastián Driussi: si no pasa nada raro, el Gordo será quien reemplace en lo inmediato a un Salas que de hecho estaba jugando de 9, en la posición de SD. Así, y apenas con el ingreso de un Galarza Fonda que tuvo un debut correcto con San Lorenzo y con un Lencina que recién da sus primeros pasos en Primera y aún no aporta lógicamente el desequilibrio de Mastantuono, River afrontará esta parte decisiva del segundo semestre con la misma base titular que no estuvo a la altura en los seis meses anteriores. Porque Portillo irá insertándose de a poco y aún no se entrena con normalidad y porque Juanfer Quintero mostró el domingo que necesitará cierto rodaje para darle un salto de calidad a la fase creativa más allá de que siempre pueda inventar una llave de la nada, como en la última jugada ante CASLA. La misma base, sí. Una base que estaba mejorada por Salas: desde el primer minuto el punta por el que River invirtió € 8.000.000 netos tomó a la fuerza la posta como un líder futbolístico que contagió a sus compañeros, dando el ejemplo con su sacrificio pero también dando indicaciones, arengando, mostrándose activo permanentemente. El contraste con un Borja que lo reemplazó en modo Borja, con un ritmo diametralmente opuesto y generalmente a contramano del juego, fue evidente.

Maxi Salas le dio un salto de calidad a River. Foto MARCELO CARROLL

Será un desafío para Gallardo lograr que River no se desenchufe sin el tipo que garantizaba un juego de voltaje a 220, que le había empezado a cambiar la cara a un equipo que jugó muchos partidos del año con la panza llena, acaso aburguesado futbolísticamente y que no tuvo ojos de tigre en los momentos donde más necesitaba de esa fiereza. Por eso que la baja de Salas fuera a esta altura también es una mala noticia: River no había logrado llegar a esa velocidad crucero que parecía empezar a aportarle Maxi. Lo preocupante, en cualquier caso, será que esa identidad al menos en este comienzo pase a depender de un solo jugador, que esté atada a Salas como a un alambre.

Serán tres semanas en las que el CARP deberá ingeniárselas para construir ese ADN sin quien se lo garantizaba dentro del campo. A la Salas de máquinas…

El desafío de Gallardo: que River no se desenchufe sin Salas. Prensa River

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