Chechu Bonelli y Darío Cvitanich confirmaron su separación después de catorce años de pareja, tres hijas en común y una vida compartida entre mudanzas, proyectos profesionales y una convivencia alejada del escándalo. La noticia sorprendió al ambiente mediático, que siempre los percibió como una dupla sólida y reservada.
El encargado de dar la primicia fue Juan Etchegoyen en su columna de Infobae en Vivo, tras comunicarse con el exfutbolista. Cvitanich, actual panelista de ESPN, respondió con serenidad y sin rodeos: “No hay mucho para contar. Fue todo bastante bueno dentro de las cosas lógicas de una separación”.
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Una historia que comenzó en 2011 y recorrió el mundo
La historia de amor entre Bonelli y Cvitanich comenzó en septiembre de 2011. Él jugaba en Boca Juniors y ella daba sus primeros pasos como periodista deportiva. Luego de un mensaje del delantero, Chechu dudó, pero finalmente aceptó la invitación. En menos de un año, la relación se consolidó: se mudaron a Ámsterdam cuando Darío volvió al Ajax, iniciando así una vida en pareja que atravesó Países Bajos, Francia, México y Estados Unidos.
En 2013 nació su primera hija, Lupe. Un año después, sellaron su compromiso con una boda en San Nicolás. En diciembre de 2015, en pleno paso por Pachuca, recibieron a Carmela, su segunda hija. Y en 2022, durante su último período en Miami, nació Amelia.
En 2017 regresaron a la Argentina, donde Cvitanich se reincorporó al fútbol local y Chechu sumó nuevos desafíos en televisión, incluida su participación en Bailando por un sueño. En los últimos años, ambos desarrollaron carreras vinculadas a los medios: él como representante de futbolistas y comentarista, ella como conductora en ESPN.
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Rumores de crisis y una separación sin escándalos
Los primeros indicios de crisis comenzaron a circular en mayo, cuando el panel de LAM (América) abordó el tema. Según contó Pepe Ochoa, el desgaste fue progresivo. “Ella sigue súper enamorada, él no tanto. Por eso se fue de la casa”, afirmó.
La información indicaba que Darío había dejado el hogar hacía un mes y que los vecinos notaron su ausencia. Los hijos de la pareja comenzaron a ser retirados por otras personas, alterando la dinámica familiar habitual. Ante las consultas de los medios, Bonelli eligió el silencio.
En diálogo con Etchegoyen, Cvitanich fue enfático: no existieron terceros en discordia. “Acá no pasó absolutamente nada de eso”, aseguró. Además, se refirió con afecto a la madre de sus hijas: “Es una gran mujer y mamá. Eso no va a cambiar”.
Hoy, la pareja transita su separación sin escándalos ni peleas públicas. Mantienen un vínculo basado en el respeto mutuo y en el bienestar de sus hijas, alejados del ruido mediático que siempre evitaron. Una decisión íntima, tomada en buenos términos, que cierra una etapa significativa en sus vidas.