La justicia de Venezuela condenó este viernes a 25 años de prisión a Natalia y Guillermo Améstica, los dos hermanos que confesaron haber matado al rapero Canserbero y a su productor Carlos Molnar, según informó el fiscal general, Tarek William Saab.
«Tras la admisión, por los delitos que el Ministerio Público acusó y por el acervo probatorio recabado, el tribunal de la causa procedió a imponer a ambos la pena de 25 años de prisión», expresó Saab en una conferencia de prensa desde la sede principal del Ministerio Público en Caracas.
Los hermanos Améstica fueron acusados de los delitos de “homicidio calificado con alevosía y por motivo fútil en grado de coautoría, obstrucción a la administración de justicia, simulación de hecho punible, falsa atestación ante funcionario público y asociación para delinquir”.
Aunque en un principio la Fiscalía pidió una pena de 30 años, la máxima posible en Venezuela, se les aplicó una rebaja de cinco años como beneficio por haber confesado los homicidios.
«Igualmente a sus cómplices se les acusará en las próximos horas de ese abominable suceso. Para dar un total de siete privados de libertad y cinco prófugos de la Justicia«, completó.
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Natalia Améstica dio detalles sobre la noche de principios de 2015 y se responsabilizó por la muerte de Canserbero.
Por otro lado, destacó que se logró «un resultado histórico en materia de investigación penal» y lamentó que «en un primer momento se encubrió» el crimen y se «llegó a una conclusión falsa», que «dañó, ofendió y ultrajó la memoria e imagen» del rapero. Es que, en un principio, la Justicia determinó que el cantante había matado a su productor y luego se había suicidado.
En ese sentido, remarcó que el caso se reabrió el pasado 1° de noviembre. «No fue un hecho casual, sino que estuvo motivado por la permanente comunicación que mantuvimos con los familiares de Canserbero y por los pedidos de su miles de seguidores, que nunca estuvieron conformes con los resultados de la primera investigación«, señaló.
Y continuó: «El primer paso que dimos fue solicitar el expediente y descubrir un hecho revelador, como fue ver dos puñaladas en el costado izquierdo que no fueron tomadas en cuenta para la autopsia. ¿Cómo alguien con esas heridas mata a alguien y se iba a lanzar del edificio?».
Canserbero fue asesinado el 20 de enero de 2015. Fue entonces que hicieron la primera imputación a los hermanos Améstica y les dieron arresto domiciliario. Al ser «confrontados con todas las evidencias recabadas, deciden, de manera libre y sin coacción alguna, delatar la ejecución de ambos homicidios, así como su encubrimiento».
La confesión de los hermanos Améstica
Natalia Améstica, exmánager de Canserbero, realizó una declaración en video donde confiesa haber asesinado al rapero y a su amigo Carlos Molnar, tras haberlos drogado con ayuda de su hermano.
Además, confirmó que tuvo ayuda para encubrir el crimen: “Él -su hermano- llegó a las 11 de la noche, acompañado de tres funcionarios del Sebin, los cuales desconozco su nombre. Ellos terminaron de arreglar la escena para que fuera un homicidio o suicidio. Eso quiere decir, a Carlos terminan de darle las puñaladas, mi hermano Guillermo le da cuatro puñaladas, el resto lo hacen los funcionarios del Sebin”, dice en el registro.
El Sebin es la agencia de inteligencia venezolana, utilizada a menudo por el chavismo como policía secreta e ideológica.
Canserbero.Y continuó: «El cuerpo de Canserbero lo traen para la cocina, se le quita la franela, se le da con un tubo por la cara, Guillermo es el que lo hace, mi hermano, y luego de eso nos explican qué es lo que tenemos que hacer, que es lanzarlo por la ventana para terminar la escena del homicidio-suicidio”.
“Mi hermano se va del apartamento porque no puede estar en la escena, yo me cambio, hago la escena de que fue en ese momento, pido auxilio a los vecinos, y al tiempo es que llega el CICPC, quienes se cuadran con mi hermano, y mi hermano les ofrece 10 mil dólares a ellos para terminar de arreglar la escena que ya habían dejado listas los funcionarios del SEBIN”, agregó.
Por último, cerró: “Eso significaba que me ponen a mí a pisar sangre que estaba en el piso y hacer las huellas con dirección a la ventana. Yo después de esto me fui a Chile huyendo, aterrada, pensando que al final se iba a saber la verdad. En marzo, la Defensoría del Pueblo reabre el caso, me llaman, pero yo voy con la confianza de que tanto Fiscalía como CICPC decían que era un homicidio-suicidio. Por eso, regreso a dar las declaraciones pertinentes para la reapertura del caso”.