En un acto de hipocresía y traición a la patria, la periodista kirchnerista Agus López fue duramente criticada por un viaje realizado a las Islas Malvinas.
En el marco del programa financiado por la embajada británica, López viajó a las Islas Malvinas con todos los gastos cubiertos por el Reino Unido, y en lugar de defender la soberanía argentina, optó por hacer una defensa flagrante de los intereses británicos y deslegitimar la posición de Argentina sobre sus islas.
La periodista, conocida por su apoyo al kirchnerismo, fue parte de un viaje patrocinado por el gobierno británico, el cual tiene como objetivo «acercar a jóvenes argentinos a su visión de la Historia«.
Sin embargo, lejos de ser una iniciativa educativa o diplomática, este viaje es una burla descarada a la memoria colectiva de los argentinos, especialmente a los héroes caídos en la Guerra de Malvinas.
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Lo más alarmante de este hecho es que López, en lugar de utilizar su plataforma para defender la soberanía de Argentina sobre las Islas, se posicionó en favor del Reino Unido, el país que ilegalmente ocupa las Malvinas hace muchos años.
Este comportamiento de López no es un hecho aislado, ya que las investigaciones detrás del programa al que fue invitada revelan que hay un entramado de intereses geopolíticos y económicos que la vinculan a actores contrarios al bienestar y la integridad territorial de Argentina.
Según la información disponible, se dejó entrever una conexión con Tompkins Conservation, una organización ecologista que, bajo el pretexto de «proteger la naturaleza«, ha buscado promover la despoblación de la Patagonia para garantizar el control de vastas extensiones de tierra. Lo más grave es que Tompkins, a través de sus inversiones, también estaría vinculado a las Islas Malvinas, controlando gran parte de su territorio.
Esta conexión pone en evidencia un vínculo peligroso entre la periodista y actores económicos que, con la excusa de la «conservación«, están llevando adelante un plan para boicotear el desarrollo del país y seguir controlando el territorio argentino y las Islas Malvinas.
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No es un secreto que Tompkins Conservation, ahora conocida como Rewilding, ha tenido una participación activa en el financiamiento de programas que buscan frenar la explotación de recursos en la Patagonia, lo que incluye el freno a proyectos industriales e infraestructura que beneficiarían a la Nación.
El viaje de López a Malvinas no solo es una afrenta a la soberanía argentina, sino que también es un ejemplo claro de cómo el kirchnerismo se están alineando con intereses británicos que no solo despojan a Argentina de sus derechos territoriales, sino que también frenan su desarrollo económico.
Esta actitud traiciona no solo la memoria de los caídos en la guerra, sino también el relato más fundamental del kirchnerismo, que históricamente se presentó como supuesto «defensor de la soberanía nacional«.
El hecho de que López haya aceptado participar en un viaje financiado por la embajada británica, una potencia colonialista que sigue usurpando las Malvinas, es una traición evidente a los ideales de independencia y soberanía que todos los argentinos deberían defender.
Peor aún es la actitud de quienes, como ella, se alinean con esos intereses para, bajo el manto del ecologismo o el periodismo, continuar promoviendo una visión distorsionada de la historia que justifica la ocupación británica y, en consecuencia, la pérdida de territorio argentino.