Con un discurso en el que justificó la represión a jubilados y ladeado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el Presidente Javier Milei llegó a participar del cierre de ExpoAgro para dar por terminada la histórica grieta nacional entre campo e industria. Tomó posición por el sector agropecuario y denostó a los empresarios fabriles de una manera pocas veces vista con anterioridad. Un mensaje que, prometen, tendrá consecuencias en la relación de las partes.
Secundado además por el vocero Manuel Adorni, el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y José Luis Espert, quien será candidato en la Provincia de Buenos Aires, Milei tuvo palabras muy fuertes: «Se utilizó la prosperidad de un sector prolífico como el agropecuario para financiar sectores deficitarios y poco competitivos, en nombre de un empecinamiento absurdo con tener una indiustria nacional para sustituir importaciones», arrancó. Y siguió diagnosticando que «no queda ninguna duda de que este abordaje ha fracasado y suficiente prueba es el oximoron de que nuestra industria es el único infante de 90 años del mundo. Nunca va a ocurrir que una industria le toque la puerta al gobierno nacional y le diga: ´gracias por tu ayuda, estoy listo para competir´. Eso no va ocurrir, por lo cual se lo vamos a precipitar, así le sacamos el pie de la cabeza al campo».
En ese contexto, y con Unión Industrial Argentina (UIA) sedada y haciendo la plancha no sólo ante la caída de la actividad sino con la inundación de importaciones, el Presidente jugó todas las fichas al campo y hasta les avisó que piensa levantar el cepo cambiario y sacarles las retenciones a las exportaciones «de manera permanente».
A los abrazos con los ruralistas
El presidente Milei aseguró que desde su Gobierno buscan «eliminar el cepo y las retenciones para siempre», aunque aclaró que para que sea «algo duradero» no se puede hacer de inmediato. Durante el cierre de la ExpoAgro edición 2025, el Jefe de Estado mantuvo una reunión con empresarios y referentes del campo, donde se refirió a la baja de las retenciones y mencionó la eliminación del cepo.
«Entendemos la necesidad imperante de bajar las retenciones pero no le sirve a nadie que las bajemos para sacar rédito político en las elecciones y después el modelo reviente y que tengamos que volver a ponerlas como ha pasado en otros gobiernos», reflexionó.
«Nosotros queremos eliminar el cepo y las retenciones para siempre y que el país pueda sostenerse sin saquear a su sector más productivo», sostuvo el mandatario. «Pero para que sea duradero hay que hacerlo de la forma correcta para que en el futuro no venga algún degenerado fiscal a ponerle el brazo entero en el bolsillo», concluyó.
En la misma línea, Milei destacó el valor que tiene el sector agroindustrial en la economía, y resaltó que, según datos del último año, la participación en el empleo formal es «aproximadamente del 25%». «A pesar del peso asfixiante del Estado, que intentó llevar adelante la nefasta resolución 125 (de retenciones móviles, en 2008), el sector sigue siendo competitivo en todo el mundo», ponderó.
«Imaginemos cuánto más podría lograr sin un Estado que estorbe», planteó el jefe de Estado. «Vinimos a limitar el poder arbitrario del Gobierno. Sabemos que la prosperidad va de la mano de la libertad, en este caso de la libertad del sector agropecuario. Entendemos que los empresarios son benefactores sociales», recalcó.
Caputo contra los textiles
Mientras Milei se rendía ante el campo, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunciaba una rebaja de impuestos a la importación de indumentaria y calzado, tras advertir que la Argentina tiene los precios más altos de la región.
El ministro dijo que «con el objetivo de bajar los precios locales y aumentar la competencia, vamos a rebajar los impuestos a la importación de ropa, calzado y telas».
A partir de un Decreto que se publicará en los próximos días en el Boletín Oficial, serán reducidos los aranceles de ropa y calzado, que pasarán de 35% a 20%; de telas de 26% a 18%; y de los distintos hilados de 18% a 12, 14 y 16%. «La Argentina sigue siendo el país con la indumentaria más cara en la región y en el mundo», se quejó Caputo.
Dijo que un relevamiento sobre productos de marcas internacionales indica que una remera cuesta en Argentina 310% más que en España y 95% más que en Brasil.
De la misma manera, una campera cuesta en Argentina 174% más que en España y 90% más que en Brasil. «Seguimos reduciendo impuestos y aranceles para fomentar la competencia y continuar bajando la inflación», destacó el funcionario.