Las tecnologías emergentes representan el inicio de una nueva era de innovación con soluciones audaces que, aunque todavía en fase temprana, ya muestran un enorme potencial transformador. El Foro Económico Mundial seleccionó las seis que tendrán un impacto real en el mundo en un plazo de 3 a 5 años y que abordan los retos globales más urgentes.
El análisis se realizó en colaboración con la revista Frontiers y diferenció aquellos avances que alcanzaron un punto crítico donde la investigación científica madura se convierte en una alternativa aplicable con impacto tangible.
Cada avance se evaluó mediante un proceso que incluyó nominaciones de expertos, revisión de la bibliografía, evaluación por pares, análisis de las condiciones de adopción y posibilidades para implementarlas en el mundo real.
La selección para este 2025 reafirma la salud, la sostenibilidad y la resiliencia urbana como ejes estratégicos. A su vez, destaca la capacidad de generar soluciones escalables frente a enfermedades crónicas, desafíos ambientales y la rápida evolución de las IA generativas.
“La investigación proporciona a los principales líderes mundiales una visión clara de qué tecnologías están a punto de estar listas, cómo podrían resolver los problemas urgentes del mundo y qué se necesita para implementarlas de manera responsable”, afirmó Jeremy Jurgens, director general del Foro Económico Mundial.
El informe describe lo que se necesita para llevarlas a escala: inversión, infraestructura, normas y gobernanza responsable, y hace un llamamiento a las empresas, los gobiernos y la comunidad científica para que colaboren con el fin de garantizar que su desarrollo sirva al bien público.
“El camino desde la investigación innovadora hasta el progreso social tangible depende de la transparencia, la colaboración y la ciencia abierta”, afirmó Frederick Fenter, editor jefe de Frontiers.
Seis tecnologías emergentes que lo cambian todo
Estas seis regiones tecnológicas están atravesando una fase de inversión masiva que acelera tanto su desarrollo como su accesibilidad. Su evolución no solo es rápida, sino también interconectada, lo que podría generar sinergias poderosas entre ellas. Este escenario plantea un conjunto complejo y a la vez prometedor de desafíos y oportunidades para la sociedad global.
Marcas de agua generativas
La idea es incrustar señales digitales imperceptibles en contenido creado por IA, como imágenes, texto, audio o video. Estos identificadores permiten a plataformas, medios y usuarios distinguir entre contenido auténtico y generado artificialmente.
Su aplicación podría ser clave en la lucha contra la desinformación, la suplantación de identidad y los deepfakes, especialmente en contextos sensibles como elecciones, conflictos o emergencias sanitarias.
Los mismos, podrán estar basadas en patrones estadísticos, codificación espectral o modificaciones imperceptibles en los píxeles para identificar de forma fiable el origen sintético del contenido sin alterar su apariencia o funcionalidad.
A diferencia de las marcas de agua tradicionales, estas etiquetas son resistentes a manipulaciones como recortes, compresión o reescalado y pueden ser verificadas mediante algoritmos específicos o claves criptográficas.
Detección colaborativa
En un entorno cada vez más integrado, las redes de sensores colaborativos actúan como un sistema nervioso digital que permite enlazar vehículos, infraestructuras urbanas y servicios de emergencia, para intercambiar datos en tiempo real.
Esta sinergia no solo optimiza la seguridad vial y la fluidez del tránsito, sino que también permite anticipar incidentes antes de que ocurran, coordinar respuestas más eficientes ante emergencias y adaptar dinámicamente el funcionamiento de las ciudades.
Gracias a esta inteligencia distribuida los semáforos se ajustan al flujo del tráfico y las ambulancias hallan rutas despejadas en segundos. La detección colaborativa transforma datos dispersos en acciones coordinadas que salvan tiempo, recursos y vidas.
Terapias modificadas genéticamente
Los avances en biotecnología sintética están iluminando una nueva generación de tratamientos conocidos como terapias vivas, que utilizan microorganismos -principalmente bacterias comensales o probióticas- modificados genéticamente para actuar como vehículos terapéuticos dentro del organismo.
Estas bacterias son perfiladas con circuitos genéticos programables que les permiten detectar señales biológicas específicas, como inflamación, niveles anómalos de glucosa o la presencia de células tumorales y responder liberando compuestos terapéuticos de forma localizada y controlada.
Este enfoque representa un cambio radical respecto a los tratamientos tradicionales ya que representa una convergencia entre la ingeniería genética, la microbiología y la medicina personalizada.
Detección bioquímica autónoma
Esta red de sensores minúsculos, integran nanotecnología, IA y biocompatibilidad para realizar un monitoreo continuo, preciso y autónomo de parámetros críticos como niveles hormonales, marcadores inflamatorios, toxinas ambientales o signos tempranos de enfermedad.
Son un sistema de alerta temprana para descubrir cambios sutiles en la bioquímica corporal o ambiental y transmitir la información de forma inalámbrica a plataformas de análisis en la nube, donde algoritmos avanzados interpretan los datos y generan recomendaciones personalizadas.
Su autonomía, basada en microcosecha de energía (como el calor corporal o la vibración), les permite operar 24/7 sin necesidad de recarga ni mantenimiento.
Compuestos estructurales para baterías
Representan una innovación disruptiva en el diseño de vehículos eléctricos y aeronaves, al combinar funciones tradicionalmente separadas: el almacenamiento de energía y la resistencia estructural.
Estos materiales multifuncionales, como los polímeros reforzados con fibras de carbono embebidos con electrolitos sólidos o geles conductores, permiten que partes del chasis o del fuselaje actúen simultáneamente como baterías y elementos de soporte.
Esta integración reduce significativamente el peso total del vehículo al eliminar la necesidad de compartimentos dedicados al almacenamiento energético, lo que se traduce en una mayor eficiencia energética y autonomía.
Energía azul
Es una fuente utilizable que se genera cuando se pone en contacto el agua del mar, que presenta una mayor concentración de sales, con la dulce.
Estas tecnologías garantizan una producción constante y sostenible, ideal para complementar con otras fuentes intermitentes como la solar o la eólica.
Desde el punto de vista técnico, uno de los principales desafíos es el desarrollo de membranas altamente selectivas, duraderas y resistentes, que maximice la eficiencia energética y minimice el mantenimiento. También se investiga la recuperación de calor residual y la integración con sistemas híbridos para mejorar el rendimiento global.
SL