Están muy preocupados tras los dichos de ayer del intendente, Juan Alvarez Pinto, sobre cómo se financiaría la remodelación ante la falta de fondos de Nación. Los comerciantes aseguran que en la reunión que mantuvieron con él se les explicó otra cosa.
Los comerciantes del Centro Histórico de Villa de Merlo quieren saber de qué se trata. Y que sea con claridad. Afectados por la remodelación de la plaza Sobremonte, obra que se extenderá más allá de la temporada, quieren hablar con los concejales. Por eso, analizan pedir la Banca del Vecino y exponer la dura situación por la que atraviesan. Así lo han hecho saber tras las palabras del intendente durante la tarde noche de ayer, cuando en su discurso de asunción reconoció que la obra se había iniciado con fondos municipales y no con un adelanto de recursos nacionales, como se les dijo.
La obra se licitó por un monto de unos 76 millones de pesos y se adjudicaron los trabajos a la empresa BAGJ Constructora, que empezó la intervención de la plaza Sobremonte el 13 de noviembre. El jueves anterior, el intendente y colaboradores se reunieron con los comerciantes para explicar cómo se desarrollaría la remodelación.
Se conoció que desde el ministerio de Obras Públicas de la Nación, que por esos días estaba a cargo de Gabriel Katopodis, se habían comprometido a girar los fondos iniciales. El anticipo de obra como eso se conoce, aunque eso no sucedió. La municipalidad, con sus propios recursos, dio luz verde para los trabajos. Si bien, se logró certificar lo hecho hasta ahora, es decisión de las nuevas autoridades nacionales pagar o no ese certificado, como también si se van a enviar los fondos comprometidos. Esa decisión, con las auditorias en los ministerios en marcha, puede demorar meses o tal vez se rescinda los contratos.
El intendente dijo ayer que será la propia municipalidad la que garantice con sus recursos el avance de la remodelación, que se estima llevara seis meses. Cualquier obra y modificación de la plaza, como la que se puso en marcha, demanda tiempo de ejecución, como es lógico. Y perjudica por ese tiempo a los comerciantes que están a su alrededor. La cuestión es cuál es el menor daño colateral económico – financiero para ellos.
Atravesar la temporada en el medio de una situación económica nacional penosa, más la complicación de tener la principal plaza de Merlo en obra, es un muy mal combo para cualquier emprendimiento comercial. Y las consecuencias sobre su rentabilidad puede ser letal.